Preguntas frecuentes
Una acústica deficiente en las escuelas puede causar demasiada reverberación y niveles de ruido excesivos que pueden afectar a la capacidad de concentración de las personas y crear entornos estresantes para los profesores. Esta disminución de la concentración puede provocar trastornos en el aprendizaje y mermar el rendimiento.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que las aulas no superen los 35 decibelios cuando están vacías, lo que significa que los ventiladores, los ordenadores y cualquier otro ruido de fondo potencial no deben superar los 35 dB y que las voces de los profesores deben estar 15 dB por encima de este nivel para garantizar una audibilidad clara.